lunes, 7 de enero de 2013

Impunidad, Vacuna e Inseguridad viajan en motos Luis Carvajal @luiscarvajaltv http://sucreysugente.blogspot.com/ Tal como afirmara Maduro Moro “Lo que le vamos a dar a Fedecámaras no son más dólares, sino, más dolores de cabeza”. Es más o menos lo que está ocurriendo con la seguridad ciudadana: “dolores de cabezas a toda la población”, como consecuencia de la descomposición social entronizada en el país, a raíz de las variables culturales exógenas de todo orden, entre los que se encuentran, el tráfico y consumo de drogas, que en paralelo, a los continuos y progresivos desajustes económicos, que hoy llegan a un déficit fiscal cercano al 20% del producto interior bruto (en EE UU es del 7%) y a un mercado de divisas, cuyo dólar que se compra en la calle, es cuatro veces más caro al ofertado por el gobierno, compilan una realidad que nos conduce inexorable e inevitablemente a la devaluación de la moneda, lo cual se traduce en mayor inflación, por cierto en Venezuela registramos una de las más altas del mundo. La tasa de empleo que se crea en el país es artificial, abultada en primera instancia por la gigantesca expansión del empleo público, producto del clientelismo y los compromisos laborales adquiridos por gobiernos populistas, que simulan dadivas, pero cargados de conflictividad sindical; y de una deuda externa que se multiplica cada año, con un sistema bancario de escasa y frágil garantía jurídica, aunado a la casi inexistente capacidad productiva del país, incluyendo la de su industria petrolera y drástica caída, situación que lanzó a la calle a más de seis millones de venezolanos, que diariamente tienes que salir a crear y emprender una economía, que ha sido denominada informal, pero que ha servido para amortizar, palear y mantener a sectores sociales vulnerables y excluidos de alguna u otra manera por la ingeniería sistémica de los gobiernos de la 4ta y 5ta república. En la última década a pesar que los números con relación al tema de la pobreza, este cuadro panorámico ha estado enmarcado, según estadísticas oficiales por cifras crecientes que no son muy alentadoras desde el punto de visita de tasa de la criminalidad en el país, más de 21 mil personas fallecidas por año, como resultado de la violencia por variados motivos. Estas incidencias en general son guiadas por un hilo conductor, un móvil común: el transporte del delito, sustentado en motocicletas, hoy un gran negocio de empresarios asiáticos y otros no tanto, vinculados al nuevo orden económico venezolano, conocidos como los “Boliburgueses”, quienes le son acreditadas licencias y dólares de Cadivis para importar los referidos vehículos, motivos de las grandes incidencias en atracos, secuestros expréss, extorsiones, vacunas y homicidios, bajo la mirada complaciente de un sistema de “justicia” (el Ministerio Público y un Poder Judicial) autista y cómplice. Los dolores de cabezas de los empresarios venezolanos serán leves comparados con los que va a sufrir la población en general, particularmente los pobres y excluidos del Hugo Chávez, quien deja una Venezuela sumida en una crisis económica de enormes proporciones, y una crisis de impunidad que según la propia fiscalía nacional, tienen cifras alarmantes que oscilan entre el 90 y 91 %, cuyos elementos son responsables de la multiplicación de la violencia. Las víctimas de violencias y la criminalidad acusan directamente a los organismos encargados de administrar justicias, Cicpc, policías regionales y municipales y efectivos de la GNB de formar parte del entramado de la impunidad. El hostigamiento y extorsiones que muchos comerciantes, emprendedores, profesionales prósperos y empresas que hoy están pagando vacunas y extorsión, bajo la mirada silente de los organismo de seguridad, porque ya es algo común entre quienes tienen que pagar “La Protec”, como le llaman a esta absurda modalidad de atraco que se hace costumbre en nuestro pobre y rico país.

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