lunes, 8 de diciembre de 2014

La orografía comunicacional de la dominación del pensamiento o la libertad de las ideas


La orografía comunicacional de la dominación del pensamiento o la libertad de las ideas

Luis Carvajal. Ch.

 

“Si no hay comida cuando se tiene hambre. Si no hay medicamento cuando se está enfermo. Si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas,  la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamentos”. Nelson Mandela

 

     El pensamiento asertivo que refiere el fallecido ex presidente de Suráfrica, es  quizá una de las afirmaciones y testimonios literarios  más extraordinario para ilustrar igualmente, una de las  páginas de la historia  reciente de la comunicación del pensamiento del desarrollo humano, respecto a la prevalencia de la ideas y el devenir predominante de teorías, que incidieron en la valoración por alcanzar la libertad de pueblos, que fueron subyugados y siguen sometidos por visiones sociales, estructuralmente atrasadas en su concepto ideológico y económico de la administración geopolítica de los centros de Poder del mundo. Hoy como ayer el fenómeno de la dominación globalizada, sigue,  y continúa sus prácticas del mesianismo  occidental. Tal como dice Mandela: “la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamentos”. Se debate en los diferentes escenarios hemisféricos con estrategias de “progreso”, a pesar  haber pasado, experimentado y  coexistidos  con el puente de guerras más  atroz, como la protagonizada por los  despiadados Hitler y Stalin en  la década de los años 40, y los conflictos bélicos interminables en el Medio Oriente. Se  acude a un hipotético liberalismo como quien  convidado a un sepelio desde una perspectiva  bipolar.

    Una vez consumados los episodios de  la Segunda Guerra Mundial, esa dualidad, se  acostumbró culturalmente a  un discurso, bajo  la  pretendida égida de la modernidad, descubriendo como signo de a  la civilidad, al parlamentarismo: representación y participación ciudadana  que  refrenda   comicios; y permite frases tales como: “países en vías de desarrollo”, gracias a “las aportaciones externas”, donde los medios de comunicación cumplirían un rol de aporte esencial para la transformación de una sociedad de justicia y paz. Transición radiológica, que hizo de las palabras y letras un epitafio. Es por ello que líderes como El Dalai Lama, en el continente Asiático, Nelson Mandela en el Africano, Martin Luther King en América del Norte, Jorge Eliezer Gaitán en Suramérica, (Colombia), y porque no decirlo, el propio Ernesto “Che” Guevara, (traicionado por el dictador y tartufo de mayor cent metraje en el Caribe, Fidel Castro); y hoy en Venezuela Leopoldo López, fueron y son rehenes de farsa de la  Autocracia.; y el falso denominador común, donde todos los regímenes de cualquier tinte sucumben, el Capital Social: El mercado.

   Una reflexión honesta, sincera y oportuna sobre las dimensiones del Desarrollo Social en la actualidad, debe conducirnos a desprendernos de atavismos religiosos, ideológicos y políticos para poder abordar el tema sin complejo, ni aspavientos. La meridianidad de la orografía política actual nos induce de manera andrológica al análisis; y a no caer en el peine perverso que nos impuso el colonialismo  contemporáneo, donde  Los medios de masas eran considerados como el vehículo idóneo para transferir ideas y prácticas nuevas del mundo desarrollado al mundo en desarrollo y de las áreas urbanas a las áreas rurales”, cuando la veracidad de ello, estaba y está en el marketing que te impone el capital real, asimétrico del mercado global de la tecnología de la comunicación (TC).

   Bien es cierto que grandes movimientos sociales de entelequias académicas de la décadas de los 70, acrecentaron  voces de protestas  que  se colocaron en oposición al manifiesto de los problemas humanos de la región, asociados al modelo de la modernización tecnócrata., diferencia que provocó la génesis de la teoría de la dependencia, la sustitución industrial que conocimos con el nombre de la Alianza para el “Progreso”, y que no fue otra cosa, que  facilitar de factores primarios de las fuentes de los recursos naturales, así como  destreza y asistencia de trabajo,  como si fuese una especie de trueque a las centros económicos de mayor  riqueza tecnológica , lo cual impide que los segundos alcancen el nivel de los primeros.12 En la década de 1970, esta teoría arraigó en muchos países de África, Asia y América latina. Si bien los defensores de la teoría de la dependencia presionaron a favor de un flujo de información más equilibrado en el ámbito internacional, existen escasos indicios de que presionaran a favor de formas de comunicación más horizontales en los propios países. En su lugar, los estados tendieron a perpetuar el uso descendente de los medios de masas sin apreciar de manera adecuada el potencial de los medios de comunicación privados o de ámbito local

    La comunicación del desarrollo surge con  la teoría de la modernización, pensamiento y práctica del proceso preponderante en la Segunda Guerra Mundial, donde   prevalecían  visiones de los países en vías de avances, que creían en la necesidad  sustitutiva  de ejes de impulsos económicos en área sensibles de la industrialización  para  lograr el ascenso, mediante aportaciones externas, donde los medios de comunicación sustentaban el potencial para proceder y adecuar, como  clave  de la transformación que “llevaran los corrientes de la modernización a las comunidades tradicionales aisladas y sustituyeran sus estructuras de vida, valores y comportamientos por los de las sociedades modernas occidentales”.

    Los medios de masas eran considerados como el vehículo idóneo para transferir ideas y prácticas nuevas del mundo desarrollado al mundo en desarrollo y de las áreas urbanas a las áreas rurales. Los responsables políticos creían firmemente que la comunicación a través de los medios de masas (quienes transmiten la información de una manera lineal, esencialmente descendente y desde un punto a varios) podía cambiar las opiniones y actitudes de las personas. Además, los medios de masas constituían la fuente para difundir ideas y prácticas innovadoras a través de canales influyentes a las distintas audiencias del ámbito local.

     En los años 70,  se acrecentaron las voces antónimas contrarias a los  notorios  problemas humanos asociados al patrón de la modernización. En Suramérica  esta disconformidad estimuló la génesis de la hipótesis y teorías de la subordinación, la cual conceptualizó al mundo como un núcleo industrializado compuesto por unos pocos países ricos y una periferia subdesarrollada que comprendía numerosos países pobres. Es visión del desarrollo, generó una concentración de “Poder Real” en el mundo del mercado del Capital, estableciendo una relación geopolítica en contrastes, demasiado exagerado con una asimetría abismal, dependiente y colonialista. Se continúa con un modelo que favorece a experiencia como el Grupo de los Ocho , conocido como el G8, países, que bajo su función diplomática es logra beneficios, tales, como abastecerse de materias primas y mano de obra barata, lo limita el desarrollo de los países mal llamado subdesarrollado, apostillamiento, por cierto, que lleva implícito una carga de racismo  que se arraigó igualmente hacia los continentes Africanos, Asiáticos en buena parte de esos aciagos de la política internacional impuesta notablemente los centros del poder económicos del capital.

 Si bien los defensores de la teoría de la dependencia presionaron a favor de un flujo de información más equilibrado en el ámbito internacional, existen escasos indicios de que presionaran a favor de formas de comunicación más horizontales en los propios países. En su lugar, los estados tendieron a perpetuar el uso descendente de los medios de masas sin apreciar de manera adecuada el potencial de los medios de comunicación privados o de ámbito local.

    A finales del siglo pasado y en los que va del presente, la noción de progreso recíproco e interactivo y de participación de las comunidades organizadas, que deberían de acuerdo a las normas constitucionales recientes implicarse en las resoluciones  directa e indirectamente en la definición de sus propios problemas y soluciones,  no es otra cosa que un discurso de  democracia, tipo gazapo, para enamorar a una sociedad deseosa de protagonismo, pero que en fondo las decisiones verdaderamente importantes recaen sobre unos poderes conculcados por el Ejecutivo que regenta impone, hasta como deben estructurarse eso, que también han dado por llamar “El Poder Popular”. Es por ello que hoy mas que nunca las organizaciones de desarrollo,  especialmente en las organizaciones no gubernamentales (ONG) , deben tener como prioridad asumir métodos de comunicación horizontales y multidireccionales que utilizan una combinación de canales y resaltan la importancia del diálogo para facilitar confianza y entendimiento mutuo, amplifican la voz de las personas pobres y les permiten identificar formas de solventar problemas para mejorar su bienestar.