La
orografía comunicacional de la dominación del pensamiento o la libertad de las
ideas
Luis
Carvajal. Ch.
“Si no hay comida cuando se tiene
hambre. Si no hay medicamento cuando se está enfermo. Si hay ignorancia y no se
respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque
los ciudadanos voten y tengan parlamentos”. Nelson Mandela
El pensamiento asertivo que refiere el
fallecido ex presidente de Suráfrica, es
quizá una de las afirmaciones y testimonios literarios más extraordinario para ilustrar igualmente,
una de las páginas de la historia reciente de la comunicación del pensamiento
del desarrollo humano, respecto a la prevalencia de la ideas y el devenir
predominante de teorías, que incidieron en la valoración por alcanzar la
libertad de pueblos, que fueron subyugados y siguen sometidos por visiones
sociales, estructuralmente atrasadas en su concepto ideológico y económico de
la administración geopolítica de los centros de Poder del mundo. Hoy como ayer
el fenómeno de la dominación globalizada, sigue, y continúa sus prácticas del mesianismo occidental. Tal como dice Mandela: “la democracia es una cáscara vacía, aunque
los ciudadanos voten y tengan parlamentos”. Se debate en los diferentes
escenarios hemisféricos con estrategias de “progreso”, a pesar haber pasado, experimentado y coexistidos
con el puente de guerras más
atroz, como la protagonizada por los despiadados Hitler y Stalin en la década de los años 40, y los conflictos bélicos
interminables en el Medio Oriente. Se
acude a un hipotético liberalismo como quien convidado a un sepelio desde una
perspectiva bipolar.
Una
vez consumados los episodios de la
Segunda Guerra Mundial, esa dualidad, se acostumbró culturalmente a un discurso, bajo la
pretendida égida de la modernidad, descubriendo como signo de a la civilidad, al parlamentarismo:
representación y participación ciudadana
que refrenda comicios; y permite frases tales como: “países en vías de desarrollo”, gracias a
“las aportaciones externas”, donde
los medios de comunicación cumplirían un rol de aporte esencial para la
transformación de una sociedad de justicia y paz. Transición radiológica, que
hizo de las palabras y letras un epitafio. Es por ello que líderes como El
Dalai Lama, en el continente Asiático, Nelson Mandela en el Africano, Martin
Luther King en América del Norte, Jorge Eliezer Gaitán en Suramérica,
(Colombia), y porque no decirlo, el propio Ernesto “Che” Guevara, (traicionado
por el dictador y tartufo de mayor cent metraje en el Caribe, Fidel Castro); y
hoy en Venezuela Leopoldo López, fueron y son rehenes de farsa de la Autocracia.; y el falso denominador común, donde
todos los regímenes de cualquier tinte sucumben, el Capital Social: El mercado.
Bien es cierto que grandes movimientos
sociales de entelequias académicas de la décadas de los 70, acrecentaron voces de protestas que se
colocaron en oposición al manifiesto de los problemas humanos de la región,
asociados al modelo de la modernización tecnócrata., diferencia que provocó la
génesis de la teoría de la dependencia, la sustitución industrial que conocimos
con el nombre de la Alianza para el “Progreso”, y que no fue otra cosa,
que facilitar de factores primarios de
las fuentes de los recursos naturales, así como destreza y asistencia de trabajo, como si fuese una especie de trueque a las
centros económicos de mayor riqueza
tecnológica , lo cual impide que los segundos alcancen el nivel de los
primeros.12 En la década de 1970, esta teoría arraigó en muchos países de
África, Asia y América latina. Si bien los defensores de la teoría de la
dependencia presionaron a favor de un flujo de información más equilibrado en
el ámbito internacional, existen escasos indicios de que presionaran a favor de
formas de comunicación más horizontales en los propios países. En su lugar, los
estados tendieron a perpetuar el uso descendente de los medios de masas sin
apreciar de manera adecuada el potencial de los medios de comunicación privados
o de ámbito local
La comunicación del desarrollo surge con la teoría de la modernización, pensamiento y práctica del proceso preponderante en la Segunda Guerra Mundial, donde prevalecían visiones de los países en vías de avances, que creían en la necesidad sustitutiva de ejes de impulsos económicos en área sensibles de la industrialización para lograr el ascenso, mediante aportaciones externas, donde los medios de comunicación sustentaban el potencial para proceder y adecuar, como clave de la transformación que “llevaran los corrientes de la modernización a las comunidades tradicionales aisladas y sustituyeran sus estructuras de vida, valores y comportamientos por los de las sociedades modernas occidentales”.
Los medios de masas eran considerados como
el vehículo idóneo para transferir ideas y prácticas nuevas del mundo
desarrollado al mundo en desarrollo y de las áreas urbanas a las áreas rurales.
Los responsables políticos creían firmemente que la comunicación a través de
los medios de masas (quienes transmiten la información de una manera lineal,
esencialmente descendente y desde un punto a varios) podía cambiar las opiniones
y actitudes de las personas. Además, los medios de masas constituían la fuente
para difundir ideas y prácticas innovadoras a través de canales influyentes a
las distintas audiencias del ámbito local.
En los años 70, se acrecentaron las voces antónimas contrarias
a los notorios problemas humanos asociados al patrón de la
modernización. En Suramérica esta disconformidad
estimuló la génesis de la hipótesis y teorías de la subordinación, la cual
conceptualizó al mundo como un núcleo industrializado
compuesto por unos pocos países ricos y una periferia subdesarrollada que
comprendía numerosos países pobres. Es visión del desarrollo, generó una
concentración de “Poder Real” en el mundo del mercado del Capital,
estableciendo una relación geopolítica en contrastes, demasiado exagerado con
una asimetría abismal, dependiente y colonialista. Se continúa con un modelo
que favorece a experiencia como el Grupo de los Ocho , conocido como el G8,
países, que bajo su función diplomática es logra beneficios, tales, como abastecerse
de materias primas y mano de obra barata,
lo limita el desarrollo de los países mal llamado subdesarrollado, apostillamiento, por cierto, que lleva implícito
una carga de racismo que se arraigó igualmente
hacia los continentes Africanos, Asiáticos en buena parte de esos aciagos de la
política internacional impuesta notablemente los centros del poder económicos
del capital.
Si bien los defensores de la teoría de la
dependencia presionaron a favor de un flujo de información más equilibrado en
el ámbito internacional, existen escasos indicios de que presionaran a favor de
formas de comunicación más horizontales en los propios países. En su lugar, los
estados tendieron a perpetuar el uso descendente de los medios de masas sin
apreciar de manera adecuada el potencial de los medios de comunicación privados
o de ámbito local.