martes, 4 de diciembre de 2018

Fin de mundo: Protestas Masivas en La Habana “Libertad para el pueblo de Cuba”







Tras la debacle económica que ha sumido a Venezuela a causa del desgobierno del dictador Nicolás Maduro, el régimen castrista ha sufrido un duro golpe en su economía como consecuencia de una importante reducción de los subsidios que aquel país le enviaba y que son vitales para la supervivencia de la casta gobernante y su régimen totalitario.
Cuba está padeciendo una seria escasez de productos básicos de primera necesidad y de alimentos, y cuando estos se consiguen los cubanos tienen que pagarlos a un altísimo precio, muchas veces en divisa, inaccesible para el trabajador medio. Además, la crisis económica del régimen se manifiesta en un claro impedimentos para el gobierno en cuanto a la prestación adecuada de servicios vitales para la población. La Habana y otras ciudades se ahogan en un mar de basura. La escasez y el deterioro crónico de las viviendas afectan seriamente a las familias. El mal estado del transporte público y la falta de medicina y el deterioro crónico de las facilidades hospitalarias y de salud, la disminución de la cantidad de maestros en las escuelas y el deterioro de las facilidades educativas impactan adversamente la vida del ciudadano común. Todo ello redunda en un cúmulo de males que aumenta el descontento entre la población.
Díaz-Canel también recibió la visita de importantes dignatarios de los gobiernos de Vietnam, Corea del Norte y, más recientemente, se reunió con Pedro Sánchez, presidente del gobierno de España, quien realizó una visita a La Habana acompañado de un grupo de  inversionistas españoles, ávidos de llenarse los bolsillos a costa de la explotación de los trabajadores cubanos.
El gobernante También visitó México para la toma de posesión del presidente entrante, Andrés López Obrador, de quien espera ayuda económica, la cual seguramente recibirá de su compinche, quien, dicho sea de paso, ya ha expresado su intención de recibir los médicos cubanos que retiraron de Brasil como primer gesto de contribución a la economía cubana.
Por otro lado, en el ámbito nacional, se observa un aumento en la represión. La dictadura ha incrementado la violencia contra las damas de Blanco y la persecución contra los opositores, mientras que emite una contundente censura a los artistas contestatarios a través del Decreto 349. Además, ha adoptado medidas que restringen y limitan aún más las posibilidades del sector privado, al tiempo que se trata de engatusar al pueblo con un proyecto de constitución donde el régimen trata de disfrazar el carácter dictatorial bajo un falso matiz de garantizar ciertos derechos humanos.
Todo esto ocurre en medio de la inexorable realidad de que la gerontocracia gobernante está llegando, por ley de vida, al final de su existencia física.
Los hechos denotan el miedo que envuelve a la cúpula en poder ante un subyacente descontento general del pueblo, el cual que podría desembocar en un estallido social. Algunos asomos del malestar popular son visibles en las protestas de los artistas frente al censurante Decreto 349. Las huelgas de los taxistas contra las medidas estrangulantes del régimen. Los reclamos de los cuentapropistas contra las limitantes medidas económicas en su contra así como el perceptible y omnipresente malestar del ciudadano de a pie.
Una circunstancia que sutilmente empieza aflorar con las huelgas y protestas de algunos sectores sociales pese a la intensa represión, la cual demanda de la oposición aprovechar el momento que se nos avecina para incrementar las protestas públicas enfocadas en el ámbito social. De los trabajadores, demandando mejores salarios y condiciones laborales. De las madres, demandando alimentos y medicinas para sus hijos. De los estudiantes, reclamando condiciones educativas adecuadas y despolitizadas. De los ciudadanos, clamando por su derecho a una vivienda digna. De los cuentapropistas, demandando libertad empresarial e igualdad de derechos empresariales con los extranjeros, así como también contra los impuestos abusivos. De los campesinos, por el derecho a la propiedad verdadera de la tierra que trabajan y clamando por la libertad de cultivar y vender sus productos en libre mercado. De las protestas de amplios sectores contra la farsa constitucional y el reclamo de un verdadero respeto a los derechos humanos, por la libertad de los presos políticos y por la democratización y libertad total del país.
Es la hora de actuar, tal como un día en un astillero en Gandz, Polonia, un grupo de obreros clamaron por condiciones justas de trabajo y mejores salarios y esparcieron por las calles y campos de su país su clamor por el cambio total hacia la libertad y la democracia.

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